IN
MEMORIAM de don Manuel Sesé Mur
Nació en Peraltilla en el año 1912, en el seno de
una humilde familia de labradores. En su juventud se marchó a trabajar a
Barcelona, de jardinero, donde contrajo matrimonio con Dña. María Miralles,
natural de Valencia, estuvo varios años y debió tener contactos con los
movimientos anarquistas, adquiriendo su ideología que defendió con todo su ser
y hasta su muerte.
Volvió a su pueblo natal en el año 1931 y al declararse la República, luchó con denuedo para conseguir establecer sus ideales en el pueblo, intentando implantar una colectividad agraria con la ideología de libertad e igualdad y lo de todo para todos "donde todo el mundo debe aportar sus bienes, tierras, animales e implementos de trabajo, así como los productos de la tierra que tengan en sus almacenes o en sus domicilios". |
||
De momento no lo consiguió, pero al estallar la
Guerra Civil aquel movimiento idealista del Sindicato de la C.N.T., cuajó
y se implantó la Colectividad. D.
Manuel, fue el presidente del
Comité que estaba fundado, entre otros, por D. Ángel Budiós Biescas, D.
Antonio Riverola Colungo, D. Eusebio Budiós y otros. La colectividad funcionó durante bastante tiempo, pero aquella ideología de libertad e igualdad y lo de todo
para todos, no fue posible, y también hubo familias marginadas.
Según cálculos de Bemecker, en España se
organizaron unas 1.500 colectividades agrarias, de las que 450
pertenecieron a Aragón, donde se dio la manifestación más avanzada de
esta experiencia anarcosindicalista. Las oficinas y almacenes se ubicaron en la Abadía del párroco y
la iglesia parroquia! sirvió de silo o almacén de grano, y hasta de salón
de baile. Recuerdo como
marchaban a trabajar el campo todos los hombres del pueblo en dos grupos o
cuadrillas, que partían del Suelo Lugar con los carros y caballerías,
comandadas las cuadrillas por D. Andrés Budiós, hijo (casa Biesquetas) y
por D. Tomás Zamora (casa Algayón) al que apodaban Durruti, porque se
cubría la cabeza con una gorra igual ala que llevaba el famoso
anarquista.
D. Manuel a pesar de sus ideales anarco-sindicalistas, como todo buen idealista que cree en lo que dice y piensa, fue un hombre que hizo mucho bien a muchas familias peraltillenses. En los primeros días de la Guerra Civil, aquellos descontrolados que apodábamos los " Aguiluchos" y, que tantos asesinatos y tropelías cometieron, vinieron a Peraltilla con una lista de treinta personas para llevárselos en un camión y darles "el paseo" (asesinarlos) por alguna de las cunetas de la carretera como habían perpetrado con otros ciudadanos de otros pueblos. Eran treinta cabezas de familia destinados a morir, entre ellos mi padre; pero gracias a D. Manuel Sesé que se enfrentó a aquellos energúmenos se salvaron de una muerte cierta. |
||
Recuerdo
esta frase comentada por muchas personas del pueblo, que D. Manuel dirigió
a aquellos "aguiluchos": "en este pueblo no sobra nadie y para
llevároslos tendréis que pasar por encima de mi cadáver ", todo un gesto
de hombría y de hombre de bien.
También salvó al párroco Rbdo. D. Vicente Benito, al
que proporcionó ropas de paisano y vituallas para varios días, y le dijo que
se fuera del pueblo porque les comprometía, indicándole que se fuera hacia la
sierra de Guara y que se pasará al bando franquista en Huesca; en su camino
hacia la sierra de Guara, D.
Vicente tuvo la desgracia de toparse con un conocido (cantor en los entierros)
en Alberuela de La Liena, que le reconoció, le denunció y entregó al Comité
de Abiego y estos le asesinaron junto a otras diez personas en una cuneta cerca
del puente viejo de Lascellas.
Después
estuvo, como miliciano, defendiendo a la República en el famoso
"Carrascal" del frente de Huesca. Terminada la Guerra Civil, D. Manuel estuvo huido por los montes, pues
era buscado por la Guardia Civil, y al no poder detenerlo, detuvieron y
encarcelaron a su esposa Dña. María Miralles, como medida de presión, por lo
cual este Sr. se entregó y fue encarcelado en la cárcel de Barbastro, donde le
torturaron con grandes palizas para que abjurara de su ideología anarquista, lo
que nunca consiguieron, siguiendo fiel a sus ideales hasta su muerte.
Después
de cuatro años en la cárcel de Barbastro y de un año en la de Zaragoza, fue
liberado porque en su causa incoada, no se le encontraron delitos de sangre, extorsiones,
ni robos o apropiaciones indebidas para su provecho personal. Las personas que ocupan
cargos públicos, no lo hacen a gusto de todos y tienen sus
enemigos y también sus amigos. Recuerdo que un día del mes de mayo, estaba tomando
lecciones de Latín con el párroco D. Ezequiel Guisásola, en la cocina de la
Abadía cuando se presentaron unos señores del pueblo, que después de los saludos
de rigor le espetaron: -Mosén
estamos muy dolidos y enfadados con Vd.- Repuesta
de D. Ezequiel -¿puedo saber el motivo?- Contestaron -Sí, sabemos que
Vd. tiene mucha amistad con Manolo "el Pastor" y que va mucho por su
casa y no viene nunca a las nuestras- Respuesta de D. Ezequiel
-pues, es cierto, verán, este señor no viene nunca a la iglesia y no cree en
Dios, voy a su casa para intentar convencerle de que Dios existe y que venga a
cumplir con su iglesia, es una oveja descarriada e intento atraerla al redil de
Dios, ustedes ya creen en Dios y vienen todos los domingos a Misa por lo tanto
ustedes ya no me necesitan, él sí-.
jQué
respuesta de un sacerdote que se preocupaba por una oveja descarriada!, ¡qué
sentido de la responsabilidad ante Dios!, y para mí, ¡qué gran sacerdote!.
Murió el día 20 de enero de 1948, a consecuencia de un disparo de fusil
disparado por la Guardia Civil, al aplicarle la Ley de Fuga, pues, según
parece, se había unido a los Maquis, y en un registro de su casa, se
encontraron armas de fuego. Murió en el Hospital Provincial de Huesca y fue
enterrado en el cementerio de la misma ciudad en tierra no sacra.
Cuando
terminó la Guerra Civil, yo tenía 9 años y entré de aprendiz de barbero con
D. Ángel Gombáu, Practicante y Barbero. En la barbería se oían comentarios
para todos los gustos, unos, a pesar del miedo a hablar, decían que D. Manuel
fue un hombre bueno, otros que fue un maldito; yo desde estas líneas no juzgo a
nadie, únicamente relato unos hechos, pero Jesús dijo "por sus hechos les
conoceréis ", y hay un aforismo que dice "no juzgues si no quieres
ser juzgado ".
Alfredo
Coronas Nadal
|