Los mayorales de las fiestas 

Según la definición del Diccionario Enciclopédico Sopena, el sustantivo Mayoral quiere decir Mayor, Superior o Jefe. El Diccionario Aragonés, dice: Mainate = Mayoral, sustantivo masculino, Magnate, Jefe o Director. 

El Mayoral, en las fiestas, representaba al mozo Mayor que ejercía la jefatura de todos los actos de las fiestas, era el Director, eje y centro sobre el que giraba toda la organización, desarrollo y mantenimiento de las fiestas. Tenía muchas obligaciones y como único derecho era el de servir a todos. 

Los Mayorales, eran nombrados por la asamblea de los mozos, y desde el momento de su nombramiento tenían que empezar a preparar todo lo relacionado con las fiestas. Tenían que buscar y contratar la Orquesta, el cantador de jotas y el personaje más famoso de las fiestas “el regador de la plaza” (entonces el suelo de la plaza era de tierra y al bailar se hacía una polvareda enorme, para mitigarla tenían que regarla, con agua, con bastante frecuencia). 

El día 6 de Agosto festividad de San Salvador, Patrono de la iglesia parroquias, los mozos con los Mayorales al frente iban a casa del Sr. Alcalde para pedir el correspondiente permiso para poder celebrar las Fiestas Mayores, generalmente, un vecino del pueblo que tocaba la guitarra y algún mozo cantador de jotas, le cantaban jotas al Sr. Alcalde y a su señora alusivas a dicha petición, una vez concedido el permiso el Alcalde les obsequiaba con pastas y buen vino de granero. 

Durante los días anteriores a la fiesta, tenían que buscar alojamiento para dormir los músicos y confeccionar un planing de desayunos, comidas y cenas para los músicos, repartidos, equitativamente, en todas las casas de los mozos de gasto, En aquellos años los músicos convivían con las gentes del pueblo, comían y dormían en casas del pueblo. También tenían que establecer los horarios de las sesiones de baile, horarios de pasacalle y el horario de la ronda a las mozas para el domingo por la tarde, exigiendo la máxima puntualidad a la orquesta para realizar cuantos actos se habían programado. 

Llegadas las fiestas, la víspera, sábado, los Mayorales reunían a los mozos para montar el entablado (escenario) para la orquesta, y también se montaba el entoldado construido con maderos y la techumbre se cubría con chisclas de la Clamor, para mitigar los rayos del sol en la sesión de mediodía (sesión vermut). La víspera por la tarde los Mayorales recibían a la orquesta y ayudaban a lo músicos a instalarse, una vez instalados y preparados los instrumentos musicales se ponían al frente de ellos y daban un pasacalle por todas las calles del pueblo avisando que la fiesta había comenzado. Inmediatamente después acompañaban a los músicos a la casa de los mozos de gasto que les había tocado preparar la cena. Después de cenar los Mayorales iban a buscar a los músicos para empezar la sesión de baile de la noche, terminada la sesión de baile tenían que acompañar a los músicos a las casas donde tenían que dormir.

        El primer día de la fiesta (domingo) los Mayorales ataviados con su mejor traje (generalmente estrenaban traje, corbata y zapatos) y con un clavel en el ojal de su americana, salían de sus casas para ponerse al frente de la orquesta y dar un pasacalle para anunciar la celebración de la Santa Misa en la ermita de San Joaquín, Por la tarde, pasaban a recoger a las Mairalesas (iban a sus casas) y los cuatro, las Mairalesas y los Mayorales, ataviados ellos con sus mejores galas y llevando en sus manos una espada ornada de cintas de colores, ellas ataviadas con peineta y mantilla española y llevando en sus manos una bandeja finamente ornada de puntillas y flores; se ponían al frente de la orquesta y del cantador de jotas -ellas en el centro y ellos uno a cada lado- iniciaban la ronda a las mozas, y recogían los óbolos que las gentes les donaban, así como la recogida de tortas de bizcocho que las amas de casa les entregaban.

        El segundo día, era para los Mayorales un día más relajado, pues, no tenían tantas obligaciones, si bien tenían que acompañar a la orquesta en los pasacalle, y acompañar a los músicos a las casas donde tenían que desayunar, comer y cenar.

        El tercer día, tenían más ajetreo, pues tenían que hacer el pasacalle para anunciar la celebración de la Santa Misa en honor a las mozas y mozos (se llamaba la Misa de los Mozos) en dicha Misa los Mayorales la presidían y se sentaban en el banco de honor de la iglesia de San Joaquín. Seguían las sesiones de baile vermut, sesión de tarde y sesión de noche. Al finalizar la sesión de noche, los mayorales pagaban los honorarios estipulados al Director de la orquesta, al cantador de jotas y al regador.

    A los dos o tres días de terminadas las fiestas, los Mayorales tenían que presentar a la asamblea de mozos, las cuentas de gastos e ingresos que se habían producido, y se hacía el prorrateo de la cantidad que cada mozo, de gasto, tenía que pagar. Una vez aceptadas las cuentas y lo que cada mozo tenla que pagar, se troceaban las tortas recogidas el primer día de la fiesta y acompañadas de buen vino y licores se daba buena cuenta de ellas, con lo cual terminaban las Fiestas Mayores y con ellas las funciones de los Mayorales,

        Hubo tres ocasiones, una en mi niñez, otra en mi adolescencia y la última siendo mozo, que me impresionaron y las recuerdo muy bien: La primera fue (no recuerdo la fecha) cuando fueron Mayorales Victorián de Marcelino y Faustino de Viñuales, ¡mozos pinchos donde los hubiera!, para la ronda a las mozas y recogida de dinero y tortas, arreglaron la galera de Marcelino como si fuera una carroza tirada por cuatro caballerías ricamente enjaezadas y al pescante otro pincho mozo que las guiaba, dentro de la galera se sentaban los músicos y el cantador de jotas, los dos Mayorales y las dos Mairalesas precedían a la galera y detrás de la galera un mulo también muy bien enjaezado y con argaderas guiado del ronzal por otro pincho mozo, en las argaderas de este mulo se iban depositando las tortas que daban las señoras de las casas; fue una gran fiesta por su originalidad. Otra ocasión que recuerdo fue en mi adolescencia cuando fueron Mayorales mi hermano Mariano y Lorenzo (Lázaro) Bellosta de casa Broto, ¡qué sana envidia me daban y qué admiración sentía! al verlos tan pinchos delante de la orquesta, todos los niños y adolescentes decíamos yo también seré Mayoral cuando sea mozo de gasto. Y la tercera en el año 1951 cuando tuve la suerte de ser nombrado Mayoral con José M.ª Cavero (el veterinario).

        El Mayoral era una figura señera y respetada por todos los mozos y gentes del pueblo, era el que trabajaba con más ilusión por que la fiesta fuera un éxito, tenía que estar en todas partes y resolver cuantos problemas se presentaban.

Alfredo Coronas Nadal