Peraltilla en la Guerra Civil
En Peraltilla como todos los pueblos de nuestro país sufrió el trauma
de la guerra civil. Los
acontecimientos en Peraltilla no fueron tan traumáticos como en otros pueblos
de la comarca. No hubo asesinatos,
pero la revolución también llegó a nuestro pueblo.
Peraltilla al inicio de la guerra era zona republicana.
Muchos peraltillenses lucían en el brazo la cinta roja que por aquellas
fechas era una forma de demostrar adhesión a la causa republicana.
La sublevación del ejercito nacional el 17-18 de julio de 1.936 provocó
que España quedara dividida en dos bandos: la zona sublevada o nacional y la
zona republicana o roja. Peraltilla
fue zona republicana hasta la entrada de los nacionales en marzo del 38.
Ya en las primeras semanas se disolvió el ayuntamiento y se constituyó
el consejo o comité, que asumió las funciones que hasta entonces tenían el alcalde y
los concejales. Los comités tenían
carácter revolucionario y su traducción práctica fue la puesta en
funcionamiento de la llamada colectividad que consistía en abolir la
propiedad privada y en la explotación en común de tierras, ganados y animales
de labranza y medios de producción.
Los miembros de la colectividad organizaban las tareas agrícolas y
administraban los productos obtenidos: cereales,
almendras, aceite, leche, carne, etc. A
tal efecto la iglesia fue convertida en el almacén donde se depositaban los
productos agrícolas. Previamente
había sido suprimido el culto y dejaron de celebrarse bautizos, entierros católicos
y todo tipo de manifestaciones religiosas.
En Peraltilla no cayeron bombas, pero no obstante se construyó un pequeño
refugio para tal fin en la era de Beneder, en la pared que da al camino.
Bandas y cuadrillas de incontrolados y desalmados (como por ejemplo los
llamados “aguiluchos”) recorrían los pueblos del somontano y se
entrevistaban con los miembros del comité para confeccionar listas negras
(terratenientes, caciques, personas de derechas) de personas a las que “dar el
paseo” y por supuesto para asesinar al cura.
No hay datos al respecto acerca de cómo ocurrió ni por quien (nadie de
Peraltilla), pero el caso es que la iglesia fue saqueada y las imágenes y el
archivo quemados. También en la
ermita de San Joaquín destrozaron cuanto pudieron.
Es probable que fuera obra de esas bandas de incontrolados que venían de
otros pueblos o del próximo Barbastro.
El cura
de Peraltilla era Mosén Vicente Benito García, al que
llamaban el cura labrador.
Uno de los miembros del comité le dijo al cura “si sigues en
Peraltilla, tu vida corre peligro y nos comprometes a los demás, es mejor que
te vayas”, acción inaudita en una
persona de izquierdas en aquellos días y que demuestra su bondad de corazón. |
En marzo de 1.938 se produjo el avance definitivo de los nacionales desde
Huesca y Estrecho Quinto hacia Barbastro. Las
tropas nacionales entraron en Peraltilla el 28 de marzo de 1.938.
Unos días antes de que llegaran, corrieron
rumores de que se quería hacer en las proximidades de San Joaquín una línea
de contención con trincheras para retrasar el avance del enemigo y dar tiempo
al repliegue de los soldados que procedentes del frente se retiraban en
desbandada hacia Barbastro y Cataluña. Este
rumor no llegó a convertirse en realidad.
Hubiera sido una catástrofe para el pueblo que habría sido bombardeado
y arrasado. Pero los habitantes de
entonces, principalmente mujeres, niños y ancianos puesto que los hombres habían
sido llamados a filas, decidieron esperar la llegada de los nacionales fuera de
Peraltilla. El pueblo quedó prácticamente
desierto. Varias familias
(entre otras de Casa Güil, de la posada, de casa Tanasio, de casa Matías, de
casa Conrado) se
fueron a vivir durante tres días (hasta la entrada de los nacionales) en la
caseta de la lera de Beneder y allí
vieron pasar por delante de ellos los soldados del ejército republicano en
desbandada hacia el este demacrados, medio descalzos y muertos de hambre.
De vez en cuando se oían silbar las balas perdidas.
Allí se
llevaron en los carros lo que pudieron, incluidas las gallinas.
Tampoco en esta ocasión hubo asesinatos aunque si que hubo
encarcelamiento de las cinco o seis personas que más se significaron a favor de
la causa republicana.