LAS COFRADÍAS DE PERALTILLA

Vamos a estudiar un tema del que hasta la fecha no se tenía mucho conocimiento, se trata de las cofradías de Peraltilla.  

Todos sabemos que hasta 1.936 existió una cofradía de la que eran miembros hombres de casi todas las casas del pueblo,  pero esta cofradía no fue ni mucho menos la única, sino que era la última superviviente de una larga tradición  de cofradías que desde el S. XVII se fueron instituyendo en nuestro pueblo. Como veremos, las cofradías junto con sus fines religiosos asumían una indudable labor social de ayuda a los cofrades mas necesitados en su enfermedad y en su muerte, todo esto en unos tiempos en que ninguna institución excepto la Iglesia y las personas piadosas asistían a estas personas. A continuación detallo los datos que he podido recopilar sobre las distintas cofradías:  

1.- Cofradía del Dulcísimo Nombre de Jesús.

Esta cofradía se fundó con la correspondiente autorización eclesiástica el 11 de abril de 1629, siendo testificada la escritura de fundación por D. Jaime Borruel notario habitante de Laluenga. El fundador de la misma fue el reverendo fray Tomás Ramo, prior del convento de San Miguel de Predicadores de Monzón, con los mozos solteros del lugar, que por eso fueron siempre preferidos a la hora de nuevas entradas en la cofradía y contribuían a su sostenimiento con una menor cantidad que el resto. En aquel tiempo era cura  de Peraltilla Mosen Miguel Ager.

Los datos que de la misma conocemos de hacia 1715 se amplían y confirman en un documento de 1778 en el que se indica que: "su sostenimiento consiste en un cienielo (cien caices) de trigo y ordio que anualmente se distribuye entre los hermanos a manera de Monte Pío. Por cada caiz prestado los hermanos pagan un cuartal de aumento para las funciones y luminaria de la cofradía. Sus funciones son una misa y procesión todos los segundos domingos de cada mes y el día de la Circuncisión del Señor. Se debe de realizar una misa de difuntos por cada hermano difunto en breve periodo desde su muerte a la que asisten 12 sacerdotes y a cada uno se le da cinco sueldos por asistencia".

Las obligaciones de los cofrades eran: asistir a todas estas funciones religiosas, rezar un rosario entero por cada hermano difunto, llevarlo a sepultura y enterrarlo. Así mismo en caso de ser necesario por enfermedad de un cofrade, tenían que cuidarlo los hermanos que asignase el Prior, y si era pobre debían de asistirlo con los bienes de la cofradía.

También en 1.778 esta cofradía era la titular de la capilla del Santo Cristo y era la encargada de mantener "la decencia" de dicha capilla.

Conocemos que en 1.742 era prior de la misma D. José Malo y los cofrades eran Juan de Liesa, José Rami, Salvador de Ciria, Francisco Bitrián, Juan Oncins, Miguel Algayón, Manuel Broto, Francisco Mur, Juan de Casvas, Domingo Carbón, José Carbón, Martín Viñuales, Lorenzo Arnal, Francisco Algayón, Domingo Juste, Diego Gracián, José Cebollero, Pedro Domper y Narciso Broto.  En ese año se instituyó entre el Ayuntamiento de Peraltilla y la cofradía un beneficio eclesiástico de Ntra. Sra. del Rosario de manera que el sacerdote beneficiado tenia entre otras obligaciones "conjurar los nublados" y "enseñar a los niños las primeras letras y la doctrina cristiana". En ese año era alcalde José Malo, regidores Salvador de Ciria y Francisco Mur. El Síndico Procurador era Narciso Broto. Conocemos que en 1.751 fue prior Miguel Escudero, casado con María Rufas y que en 1.791 lo fue José Liesa.

En 1.822 se indica sobre la misma que "no se sabe que tenga fincas ni rentas".

En 1.855 era la única cofradía que perduraba y sus fines y obligaciones eran salvo algún matiz los mismos que los indicados en 1.778. No es de extrañar que el entonces cura de Peraltilla, D. Antonio Sanz Broto indicase que se trataba de una "cofradía hospitalaria".

Ya en 1.921, Mosen Vicente Benito,  indicaba que las obligaciones de los cofrades eran asistir a los entierros de los hermanos fallecidos así como al Rosario los segundos domingos de cada mes, con multa en caso de no asistencia. Esta cofradía perduró hasta 1.936 sin que se restableciese después de la guerra.  

2.- Cofradía de Ntra. Sra. del Rosario.

Fue instituida por Mosen Miguel Ager cura párroco que fue de Peraltilla entre 1.616 y 1.632.

Sabemos que hacia 1.715 las celebraciones de la cofradía eran un aniversario el primer domingo de cada mes por los hermanos vivos y difuntos, pagando la caridad de esa misa. En la misa del Primer domingo de Octubre (domingo Rosario) había predicador que pronunciaba el sermón en la homilía.  Para poder realizar estas funciones religiosas la cofradía se sostenía con algunos censales (préstamos) que poseía y de la limosna que recogían las mairalesas todos los domingos por el pueblo. Si la limosna era de pan, esta se vendía para obtener dinero.

En 1.778 las obligaciones de los cofrades eran asistir a las celebraciones de la cofradía, socorrer a los hermanos enfermos y hacer las sepulturas.

Sabemos que en 1.822 no tenía renta alguna, luego ya habían desaparecido los censales que se nombraban en 1.778 y por tanto los ingresos que de ellos recibía.   En 1.855 ya no existía.  

3.- Cofradía de la Sangre de Cristo.

Fue instituida por Mosen Pedro Villa rector que fue de Peraltilla entre 1.649 y 1.663.

Hacia 1.715 sabemos que sus funciones religiosas eran celebrar un aniversario cada 14 de septiembre y que por cada hermano fallecido se hacía un entierro con seis sacerdotes.

 En 1.778 no se nombra nada de ella, pero en 1.822 sabemos que no tenía renta alguna y que sus obligaciones eran unas honras por cada hermano difunto. No sabemos cuando se extinguió, pero en 1.855 ya no existía.

Me da la impresión que esta fue la cofradía que originariamente fue la titular de la capilla del Santo Cristo, así como responsable de su cuidado. De hecho en 1.791 así lo era.  

4.- Cofradía del Santísimo Sacramento por Renovación de la Minerva.

Desconozco cuando se fundó, pero hacia 1.715 ya existía.

El sostenimiento de la misma se basaba en 1.778 en varios censos (préstamos). Las funciones de la cofradía eran una misa el tercer domingo de cada mes con exposición del Santísimo, sufragando en estas celebraciones la "luminaria" correspondiente. Así mismo costeaba el sermón panegírico del día de San José y del día de la Concepción de Ntra. Sra. (8 de diciembre).

Las obligaciones de los cofrades eran asistir a estas celebraciones religiosas y acompañar al Señor con velas cuando sale de viático.

Esta cofradía se extinguió debido al "gran detrimento que de algunos años a esta parte  ha experimentado en sus rentas sin las cuales no puede verificarse la mayor parte de los objetos piadosos que se propusieron en su fundación". En ese momento se incorporó a la cofradía de la Sangre de Cristo. El documento que he transcrito no está fechado y fue escrito y firmado por Mosen José Liesa, cura párroco de Peraltilla entre 1.793 y 1.824, si bien en 1.822 ya no existía esta cofradía.  

5. Cofradía de San Fabián y de San Sebastián.

No se conocen casi datos de esta cofradía pero en un documento firmado por Mosen Pascual Vidal, cura párroco de Peraltilla entre 1.705 y  1.731 indica que había desaparecido antes de su llegada a este pueblo por no tener renta alguna. En 1.762 ya se había restablecido de nuevo y entre sus rentas constaban 191 caices de trigo que tenía prestados. En 1.791 todavía existía, pero había desaparecido de nuevo y ya definitivamente en 1.822.  

6. Cofradía de eclesiásticos y caballeros de Ntra. Sra. del Pueyo.

Esta cofradía se fundó en El Pueyo en 1.694 y enseguida entraron a formar parte de ella muchos  vecinos de este pueblo, al igual que muchos habitantes  de la mayoría de los pueblos circundantes al Santuario.

De todas las cofradías, el último vestigio que queda de ellas son las  imágenes que tradicionalmente aparecen en los estandartes que se llevan en las procesiones. Así El Corazón de Jesús estaría relacionado con la cofradía del Nombre de Jesús y la Virgen del Rosario con la cofradía de su mismo nombre. Los actuales estandartes fueron realizados por Dña. Montserrat Biescas y Dña. Mª Luisa Riverola el año en que fueron mairalesas.                                 

 

                                                               JOSE MIGUEL RIVEROLA