Peraltilla a mediados del siglo XIX

             A mediados del siglo XIX, Peraltilla era un mísero pueblo de la provincia de Huesca.  Tan mísero como tantos otros pueblos de la redolada y de la geografía aragonesa.  La economía era de subsistencia y estaba basada casi exclusivamente en la agricultura y la ganadería.  La situación económica, social y política del país atravesaba por una difícil coyuntura.

             La administración del Estado elaboraba censos de la riqueza rústica, pecuaria y urbana con el objetivo de recaudar impuestos con los que financiar el aparato del Estado.  A tal efecto, funcionarios de la Hacienda Pública se desplazaban a los pueblos y durante varios días e incluso semanas realizaban un completo inventario de los bienes de los ciudadanos-contribuyentes. 

            Estos documentos que se conservan en el Archivo Histórico de Huesca nos dan una idea bastante aproximada de cómo era Peraltilla a mediados del siglo XIX: nombres, casas, ganado, tierras, cultivos. 

            El día 8 de octubre de 1.862 se firmó en Peraltilla las actas de amillaramiento de la riqueza imponible. Dichas actas fueron firmadas por la Junta Pericial y el Ayuntamiento.  Por parte del Ayuntamiento firmaron:

Joaquín Carbón Miguel Barón Joaquín Bitrián Ramón Latorre Ramón Lailla

Acta de amillaramiento

Por la Junta Pericial (nombrada por la administración entre vecinos del pueblo) firmaron:

Mariano Ayerbe
Nicolás Riverola
José Salinas
Mariano Martínez

            Un añadido en las actas refleja:  “De orden de los demás individuos del Ayuntamiento y de los de la Junta Pericial que no saben firmar.  Mariano Toro”. 

            Estas actas nos dan una información muy precisa de Peraltilla a mediados del siglo XIX.  Los documentos al respecto son de riqueza rústica, riqueza pecuaria y riqueza urbana, es decir, un detallado inventario de todas y cada una de las fincas rústicas de cada contribuyente, número de animales (de carga, de carne, de leche) y propiedades urbanas (casas, corrales, bodegas).

             Al mismo tiempo nos proporciona una información exacta del número de casas con detalle del cabeza de familia (contribuyente) con su nombre y primer apellido.   

    Llama la atención en primer lugar que el número de casas habitadas en 1.862 es justamente el doble que hoy (44 en la actualidad), lo que nos indicaría una población de algo más de 400 habitantes.  Solamente había cinco casas sin habitar dos de las cuales pertenecían a la Condesa de Fuentes (el castillo y la casa donde hoy se ubica el centro social).

          Estos son los datos resumen de las actas:     

    Teniendo en cuenta que una hectárea equivale a unas 14 fanegas, en Peraltilla habría entonces unas 475 hectáreas de cultivo, poco más de la mitad de las actuales.

    Es curioso observar que no se cultivaba el almendro en aquellos años, no había prácticamente oliveras y por el contrario la viña ocupaba un porcentaje muy importante de las tierras de cultivo (¡unas 157 hectáreas!), algo más de la mitad de la superficie dedicada al cereal .  Desconozco el significado de la palabra "planzones"  y "planzonas" (sic).

    El número de ovejas (270) está repartido entre las casas del pueblo.  Hay muchas casas que tenían una o dos ovejas y la media por casa es inferior a cuatro.  Es de suponer que habría un rebaño común.   A observar también que el número de bueyes de labor superaba al de mulas y el número de burros casi doblaba al de mulas.

    Es curioso también cómo casi 150 años después, muchas de las casas siguen respondiendo al nombre o apellido de los habitantes de 1.862.  A continuación enumero algunos de los casos:

    El estudio de los datos reflejados en el amillaramiento (reparto de las contribuciones) de 1.862 denotan la dureza de la vida en aquellos años y la mísera economía de subsistencia a la que estaban abocados los habitantes de Peraltilla con un término municipal pequeño y unas tierras en general poco productivas. 

Eduardo Budiós Tuá
Agosto de 2.002