340 años de romeros

    Una de las tradiciones más arraigadas en nuestro pueblo es la Romería que cada año se realiza al Santuario de Ntra. Sra. del Pueyo en el mes de mayo. Hasta no hace muchos años se celebraba el día de San Isidro.

    El origen del Santuario se remonta a la época de la conquista del rey Pedro I, quien en el año 1.100 reconquistó la ciudad de Barbastro a los musulmanes. En esa época, el obispo San Poncio traslada la Sede Episcopal de Roda de lsábena a Barbastro.

    Todo comenzó en 1.101 cuando se le apareció al pastor San Balandrán la Virgen sobre un almendro, tal y como reza la tradición. Luego comenzó la construcción del templo en la cima del monte en el que San Balandrán servirá como sacerdote hasta su muerte.

    El Santuario se convirtió en Capellanía y a partir de 1.889 en Monasterio Benedictino.

    Ayudaron al desarrollo y construcción del Pueyo las donaciones y la actuación de nobles y reyes (cabe destacar a Don Jaime 1, que hizo una concesión anual de 200 sueldos jaqueses sobre el tributo que pagaban los judíos de Barbastro, destinada al sostenimiento de una Capellanía). El número de Capellanías fue creciendo. Al principio del siglo XVII crearon dos nuevas los esposos don Diego Berbegal y doña Ana Buil (ambos enterrados delante de la verja del altar del Pueyo). Al final llegó a haber alrededor de 15 Capellanías.

    El verdadero desarrollo del Pueyo viene desde el último tercio del siglo XVI tras la restauración del Obispado de Barbastro.

    En la construcción del templo destaca el Obispo don Alonso de Requesens y Fenollet (1625-1639), que hizo construir el altar mayor y la cúpula. Grabó en sus armas episcopales la aparición de la Virgen (escudos del Pueyo cerca de las pinturas de la cúpula del altar).

    La devoción a la Virgen se desarrolló mucho en los siglos XVI al XVII. Como manifestación destaca la COFRADIA DE ECLESIASTICOS Y CABALLEROS DE NTRA. SRA. DEL PUEYO en la que eran miembros fieles de todas las clases sociales. Entre los años 1.694 y 1.698,.ingresan.84 nobles, 59 cofrades de Ponzano, 39 de Lascellas, 41 de Abiego, 35 de Pozán, 64 de Peraltilla, y en casi todos los pueblos de la comarca. Es la época del Obispo Martínez de Villar (enterrado delante del altar).

    Entre las indulgencias concedidas destacan las otorgadas a los fieles que al divisar el Santuario rezasen una Salve. No es de extrañar el nombre de la "subida de la Salve".

    Otra muestra de la devoción son las ROMERIAS. Estas fueron muy numerosas, así: en el siglo XVII subían más de 50 pueblos, casi todo el Somontano; en el XVIII eran 33; a principios del XIX (Guerra de la Independencia) son sólo 9: Barbastro, Antillón, Blecua, Bespén, Fornillos y Permisán, Pozán, Peraltilla, Abiego y Castillazuelo.

    Documentalmente los más antiguos subiendo son Antillón, Blecua y Bespén (en estas tres Romerías sólo subían hombres), y datan de 1.545.

    Barbastro sube desde 1.644 y Peraltilla desde 1.645. En el siglo XVIII cesaron: Azara, Azlor...

    Peraltilla cesó en 1.877, pero poco después reanudó su Romería y siguió hasta 1.931, en que sólo subieron Peraltilla, Antillón, Blecua, Bespén, Fornillos y Permisán, Abiego, Morilla y Pozán. En 1.932 Peraltilla dejó de subir oficialmente y reanudó su Romería después de la Guerra Civil, llegando hasta nuestros días.

    De entre los milagros que se atribuyen a la Virgen del Pueyo y que están documentados destacan: El de la niña de Antillón llamada Jusepa Palacio, que después de haberse perdido fue encontrada varios días después por su tío en Bespén sin síntomas de haber pasado hambre, "fue vista la niña muy colorada y buena". Por una promesa que hicieron sus padres fue llevada al Pueyo, y al estar delante de la Virgen, dijo: "Ay, padre, aquella ye la mulier que estaba conmigo en el río". La niña tenía casi tres años. Está fechado el 29 de abril de 1.635.

    El caso de don Theodoro Lujan, señor de Castillazuelo, quien: "el día 25 de mayo de 1.662 ... a las seis de la mañana ... le esperaron unos emboscados en quatro barracas diferentes y le tiraron quatro carabinasos (tiros) y al primero le yrieron muy mal y los otros no le tocaron, ymboco la Virgen y una aca (caballo) que nunca abia estado en su santa casa (el Pueyo) le trajo a ella erido de muerte gritando confesión y dentro de vein- te y dos días se fue a la suya (casa) sano y bueno".

JOSE MIGUEL RIVEROLA LACOMA 
Programa de fiestas de 1.989