Recuerdos

La primera vez que fui a Peraltilla fue una Semana Santa, allá por 1985. Han pasado tantos años... pero el recuerdo sigue vivo, como si fuera ayer.

Recuerdo que Jesús, quien después sería mi suegro, me enseñó el pueblo y me llevó a ver el horno de pan y la fuente a la que él iba a por agua cuando era niño.

Desde entonces he venido a Peraltilla dos o tres veces al año, en Semana Santa para desconectar de la ciudad y hacer excursiones por el Somontano y el Pirineo, y en agosto para las fiestas patronales.

Recuerdo aquellas mis "primeras fiestas" con orquestas modestas tocando en la plaza mayor y las comidas familiares en casa de la tía Nati y el tío José, comidas interminables, pero hechas con mucho amor y que acababan cuando la rondalla pasaba por las casas para cantar a las mozas.

Entonces, Antonio y yo sólo disfrutábamos de las fiestas el fin de semana y se nos ponían los dientes largos cuando los amigos de la Peña Pifoma nos contaban lo bien que se lo habían pasado con las actividades organizadas durante la semana.

Las Peñas ¡vaya descubrimiento para alguien de Barcelona!. La de risas y buenos ratos que hemos compartido en la Peña: contando chistes, planeando "actuaciones teatrales" o simplemente comiendo y bebiendo. La Peña Pifoma pronto cumplirá 40 años pero sigue conservando el espíritu joven y activo, las mismas ganas de ayudar y colaborar en la fiesta.

A lo largo de todos estos años, en visitas esporádicas y siempre de poca duración, he visto cómo evolucionaba el pueblo, cómo se hacían obras de mejora en la calles, edificios e instalaciones del municipio: se inauguraba el nuevo Ayuntamiento, el Centro Social, el Albergue, la Plaza de la Iglesia, el parque, las piscinas, la fuente etc. Sí, el entorno ha ido cambiando y mejorando con los años., pero lo que por fortuna no ha cambiado es el carácter acogedor y amable de sus gentes. Es encomiable el espíritu de colaboración de todos los habitantes del pueblo durante las fiestas patronales, o al menos así yo lo percibo.

Este verano, volveremos a Peraltilla para pasar dos semanas de vacaciones, como venimos haciendo los últimos años: estar unos días de descanso y la última semana "vivir la fiesta a tope".

Este año, como siempre, espero con ilusión que llegue el mes de agosto para volver a Peraltilla y reencontrarme con los amigos, familiares y gentes del pueblo. Y espero seguir haciéndolo muchos años, porque, a pesar del poco tiempo que paso allí,  en  Peraltilla me siento muy a gusto.

 

Luisa Cobo Lucas
Agosto 2017