Mártires y Protectores   

   El inicio del año, con los rigores del invierno, viene marcado en Peraltilla por la festividad de los santos Fabián y Sebastián. La devoción a estos santos es muy antigua, como antiguo debe de ser el patrocinio que tienen sobre Peraltilla.  

   Estos dos santos son mártires de los primeros Siglos de la Iglesia y su devoción está muy extendida por toda la zona mediterránea: España, Italia y Francia, principalmente. Sería bueno que conociésemos la fuerte significación que tuvieron los dos en otros tiempos. 

  Veamos algo de sus vidas: San Fabián, figura en el puesto vigésimo (nº 20) de la lista de los Papas (tener en cuenta que el actual es el 262).  Su pontificado se desarrolló durante los años 236-250.  Murió el 20 de enero del año 250 durante la persecución del emperador romano Decio.   No se ha podido   comprobar la autenticidad de las "decretales" que se le atribuyen (cartas que el Papa dirige a las iglesias particulares en las que se contenía un   decreto). 

    San Sebastián, no se sabe seguro donde nació. Según San Agustín nació en Milán, pero  según una "Passio" del Siglo V nació en Narbona y se educó en Milán.   Siendo oficial del ejército romano fue martirizado a causa de sus creencias religiosas;  asaetado primero y curado de sus heri-   das, luego fue azotado hasta la muerte.   Murió el 20 de enero del año  297 o del 305, bajo la persecución de Diocleciano.

      Como podemos observar vivieron en distinta época, entre la muerte de uno y otro transcurrieron unos 50 años.  Ambos santos, sobre todo San Sebastián, tuvieron un culto muy difundido porque se les consideraba abogados contra las epidemias que en siglos pasados asolaron toda Europa. 

     Nuestra zona oscense no fue ajena a aquellas calamidades y sucesivamente hubo epidemias que diezmaron la población. Así, aquellas poblaciones que se veían afectadas por epidemias recurrieron al patrocinio de estos Santos, buscando su intercesión para que cesasen las epidemias.   Se llegó al extremo de que prácticamente la mayoría de los pueblos de   nuestra zona, además de Peraltilla, celebraron y aún hoy celebran fiestas en honor a dichos Santos.  Basta recordar: Abiego, Alquézar, Laluenga, Lagunarrota, Costean..., no hay Santos algunos en cuyo patrocinio coincidan tantos pueblos. 

    Las epidemias aparecían los años de sequía y de guerra. La sequía y la guerra traían malas cosechas y ello hambre y por lo tanto enfermedad y muerte. Nosotros en Peraltilla tenemos bien cerca todavía hoy las con- secuencias de aquellas pestes: basta llegar al lugar conocido como El Almerge. Allí en medio del monte se levantan los restos de lo que fue un pueblo que sería muy parecido a lo que entonces era el nuestro, dada su proximidad y su enclave junto al barranco. Hoy sólo queda allí parte de los muros de una iglesia románica y cascotes de teja y de utensilios de cerámica negra desperdigados por donde una vez se levantaron las casas. Las epidemias acabaron con ese pueblo. 

    La desaparición de El Almerge, me atrevo a decir, que tuvo que ocurrir antes del final del Siglo XVI. Me baso en que las ruinas del templo son románicas y en la zona no hay ningún pueblo con iglesia de ese estilo;  todos ampliaron los antiguos templos románicos en el Siglo XVI  o en el Siglo XVIII, por ejemplo en Peraltilla la iglesia actual se levantó a mediados del Siglo XVI lo mismo que en Azara.    Si nos documentamos un poco podemos comprobar que las epidemias del Siglo XVI y del Siglo XVII fueron muy mortíferas:  Así un documento del Siglo XVI dice:  "En 1.518 se encendió en todo Aragón un accidente pestilencial, y especialmente en este partido de Huesca, que se amortaron muchos lugares como Basques, Arnillas, Clivito, Quinto y otros". Vemos que como consecuencia de las epidemias muchos pueblos quedaban sin vecinos.  

   En la historia del pueblo de Loporzano dice: "En 1.599 murió la tercera parte de los moradores de Loporzano a resultas de una epidemia y que el contagio duró seis meses y medio justo.  Al remitir la peste los supervivientes acordaron celebrar una fiesta anual en honor de los santos Fabián y Sebastián". 

    También Peraltilla tuvo que sufrir los efectos de alguna epidemia durante la primera mitad del Siglo XVI, dado que en 1.555 se tuvo que repoblar el pueblo, sólo quedaban 15 vecinos. Peraltilla tuvo que sufrir una nueva calamidad, digo esto porque en el censo de 1.646 aparecen 27 fuegos o linajes (familias) y en el de 1.717 sólo hay 25 vecinos.  A primera vista parece que el hecho fatal ocurriese al final del Siglo XVII pero ello queda desestimado por un nuevo dato que al final encontré en el libro "Historia del Pueyo" en el que dice que entre 1.694 y 1.698 se inscribieron 64 vecinos de Peraltilla en la Cofradía de la Virgen del Pueyo.   Así el hecho causante del descenso de población tuvo que tener lugar en la primera o segunda década del Siglo XVIII.  Aquí no sé si se debió a alguna epidemia o la Guerra de Sucesión (1.700-1.713).   Corno consecuencia de esto puede que el pueblo tardara algún tiempo en levantar la actual ermita de San Joaquín, que es de mediados del Siglo XVIII, después de la desaparición de la anterior, que era del Siglo XVI; la causa: la falta de personal útil al trabajo. 

    Del libro anterior podemos sacar los años en los que hubo sequía Y por tanto más facilidad de brotes epidémicos, tal es el caso de 1.646, 1.664, 1.701 y 1.754. 

    Por todo no es de extrañar que quienes vivieran en aquellas épocas ante tanta adversidad recurriesen al patrocinio de los Santos Fabián y Sebastián buscando su protección y quienes les sucedieron lo mantuvieran y llegase así a nuestros días. 

    Me atrevo a decir que la devoción a estos santos en Peraltilla es más antigua que la de San Joaquín, que no se incorporó al culto latino hasta el Siglo XVI durante el pontificado de Julio 11 (1.503-1.513). 

    Durante la Guerra Civil desaparecieron las anteriores imágenes de es tos Santos y luego el propio pueblo a instancias de su Ayuntamiento, al frente del cual estaba D. José Riverola Allué, volvió a recuperar la fiesta de los Santos comprando el Ayuntamiento las actuales imágenes que entraron en procesión desde las escuelas hacia la iglesia. Eran los primeros años 50. 

   A la vista de todo esto espero que comprendamos mejor la enorme significación que tuvieron para quienes nos precedieron las figuras de los mártires Fabián y Sebastián. Que San Fabián y San Sebastián nos ayuden siempre. 

José Miguel Riverola
Programa de fiestas 1.992